¿Recuerdas cómo aprendiste a andar, hablar, correr, leer, sumar, etc.? Andando, hablando, corriendo, leyendo, sumando,… Como ves a lo largo de tu vida vas aprendiendo a medida que vas haciendo. Aprendiste a andar, andando. Por lo que nunca terminas de aprender y crecer.
A veces lo haces de forma consciente, cuando algo te interesa y decides que quieres aprenderlo. Te informas, realizas cursos, te preparas, y es probable que hasta hagas de eso tu profesión. Pero, ¿qué ocurre con todas las cosas que aprendes de forma inconsciente?. Todo aquello que no buscas ni planificas, también es aprendizaje. Un suma y sigue en tu crecimiento personal.
Cada día se aprende algo nuevo, por poco que sea. Recuerda el refrán: «No te acostarás sin saber una cosa más».
«Aprender no es prepararse para la vida. Aprender es la vida misma». John Dewey.
Para el aprendizaje consciente puedes aprender a escribir, cepillarte los dientes, dibujar… con tu mano no dominante. Cambiar tus rutas diarias por unas nuevas. Pedir las cosas por favor y dar las gracias. Escuchar sin interrumpir cuando estás conversando con otra persona.
Aprende cualquier actividad nueva que te guste o aprovecha las situaciones que se presentan o las cotidianas, para aprender algo nuevo. Por ejemplo: modificando alguno de tus hábitos diarios.
Y para el inconsciente, al finalizar el día antes de acostarte piensa algo que hayas aprendido sin que tú lo hayas planificado. Quizás algún comentario que para ti haya sido como una lección.
«El aprendizaje es un tesoro que seguirá a su dueño a cualquier lugar». Proverbio chino.
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