¿Te consideras una persona sincera?. ¿Dices y actúas conforme a lo que piensas y crees?. ¿Respetas la realidad y la verdad de los demás?.
La sinceridad es una cualidad moral de gran valor. La de obrar y expresarse con verdad, sencillez y honestidad sin fingimientos o segundas intenciones.
Es una base de la convivencia y la salud. Consiste en ser sincera consigo misma. Actuar de acuerdo a lo que se piensa y siente, respetando también a los demás.
Si eres una persona sincera contigo y con los otros, generas y trasmites confianza. Tu equilibrio emocional se mantiene en óptimas condiciones y tu cuerpo físico saludable.
Mentir y ocultar la verdad provoca estrés y malestar. Además te aleja de las personas cuando descubren tu fingimiento. Incluso te destruye a ti, cuando te engañas escondiendo tus verdaderos sentimientos y pensamientos. Desapareces tras una máscara que no muestra tu verdadera esencia.
¡Reconoce tu verdad!
¿Sueles mentirte a ti?. ¿O a los demás?. Piensa que al hacerlo te traicionas, pierdes tu confianza y te alejas de la verdad. Recuerda que ser sincera no significa herir a otros.
Comprueba como respondes al dar tu opinión: las palabras que utilizas, el tono de voz, los gestos,…
Descubres si lo has hecho desde el corazón o la razón. ¿Te sientes bien y en paz?. Has actuado con el corazón prestando atención a tus sentimientos, y a los de la otra persona. Por el contrario, si te dejas llevar por la razón, sientes inseguridad y desasosiego.
Respóndete a esta pregunta ¿Soy una persona sincera?. Después de tu respuesta, observa como te sientes y sabrás si lo has hecho con sinceridad.
¡Es tu verdad!
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