¿Añoras el contacto con la naturaleza?. ¿Disfrutas cuando te rodeas de ella?. ¿Sientes la conexión que os une?.
El ser humano es un eslabón más en el ciclo natural. Solo que como especie se ha ido alejando y separando de su verdadera esencia. Decidió explotar los recursos del planeta para su propio beneficio. Olvidó que todo en la naturaleza sigue un orden para generar vida.
El resultado ya lo conoces: estrés, enfermedad, contaminación, pobreza, hambruna, etc.
La buena noticia es que los ciclos naturales se siguen sucediendo. La naturaleza sigue estando ahí y te recuerda que eres una parte de ella. Por eso te sientes tan bien en su presencia.
Pasea por el parque, camina por la orilla de un río, siente la arena bajo los pies en la playa… Conecta de nuevo con tu Ser a través de ella. Llénate de la energía que emana recordándote que es la tuya.
¡Rodéate de naturaleza!. ¡Reconéctate!.
Siempre que puedas acércate a disfrutarla. Montañas, ríos, animales, rocas, árboles, plantas… Infinidad de paisajes se presentan ante ti majestuosos, abiertos a acogerte de nuevo.
Siéntate cómodamente y respira. Cierra los ojos y presta atención a los sonidos: el canto de los pájaros, del aire, del agua, el movimiento de las ramas, cualquier sonido que te llegue.
Ahora percibe los aromas de las flores y las plantas, de sus frutos, de la humedad de la tierra, cualquier aroma que percibas.
Pasa a observar la quietud y armonía del lugar. Siéntela dentro de ti y fúndete en ella. Disfruta de la conexión con tu Ser.
Esto mismo también lo puedes conseguir observando una flor, un árbol, un animal… cada uno de sus detalles hasta que sientas que formas parte de lo observado.
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