«Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien». Antonio Machado.
Regalar actos de bien a otro ser desde nuestra voluntad, es un preciado obsequio que nace y se entrega desde el corazón.
Cuando actuamos con benevolencia nos presentamos ante los demás con gestos generosos, llenos de humanidad y libres de prejuicios.
Sin embargo, ¿somo autobenevolentes?. ¿Tenemos también la voluntad de actuar con bien hacia nosotros mismos?. ¿Tenemos pensamientos, nos decimos palabras y realizamos actos hacia nosotros de forma bondadosa para bien nuestro?.
Todo empieza en uno mismo. Y si no somos capaces de ser benévolos con nosotros mismos, ¿cómo vamos a poder serlo con los demás?.
Para que se manifieste fuera correctamente, primero hemos tenido que experimentarlo en nosotros.
«Los que no tienen sentimiento de benevolencia hacia los demás no podrán aguantar largo tiempo ni una situación de escasez, ni una situación de felicidad». Confucio.
PRACTICA
Relee nuevamente el texto anterior con plena consciencia. Después acomoda tu postura en la silla con la espalda recta, los pies apoyados en el suelo y las manos descansando en tus muslos. Y cierra los ojos. Haz tres respiraciones profundas. Ahora medita sobre el concepto de benevolencia durante unos minutos.
Para finalizar la meditación, comienza a mover los dedos de los pies y las manos, luego continúa con el resto del cuerpo lentamente y finalmente abre los ojos. Si surge, permite el bostezo y estírate.
Este ejercicio te ayuda a integrar e interiorizar la información.
Deja una respuesta