¿Te imaginas emprendiendo el gran viaje de tu vida? Convertirte en protagonista de una expedición única que te lleva a explorar en tu interior. Adentrarte en esa cueva misteriosa donde se encuentra TU verdadero tesoro… Autoconocerte.
Este fue el desafío al que me aventuré hace seis años, cuando me diagnosticaron un cáncer de mama. Tomé la decisión de realizar un proceso de sanación holística. Lo que implica tratar la parte: física, mental, emocional y espiritual. Sentí que era preciso entrar en la oscuridad. Y para mi sorpresa, descubrí que los sentidos se agudizan y se potencia la atención. Poco a poco, día a día, en cada excursión al interior de mi cueva observo que es menos oscura y me oriento mucho mejor. Y ese pequeño punto de luz brillante que ha aparecido dentro, lo veo reflejado fuera en la inmensidad de la “vida”.
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