¿Qué palabras usas cuando te expresas?. ¿Cómo eliges lo que dices?. ¿Para qué has utilizado estas y no otras?.
A través de las palabras, no solo nos comunicamos con los demás, sino que lanzamos órdenes al universo generando una energía de materialización.
Según las escrituras: «En el principio era el verbo». Y el verbo, generó la creación.
Con lo que se deduce que el verbo, o la palabra, tiene la capacidad de crear, o sea, materializar lo expresado.
La palabra es sonido y vibración, es energía en movimiento. No solo es importante conocer el significado de las palabras para la correcta interpretación del mensaje. También hay que prestar atención al tono, al énfasis en las mismas, y a la intención que se esconde detrás de ellas, a veces, de manera inconsciente.
La impecabilidad es la ausencia de pecado. Aunque fuera de un contexto religioso, lo podríamos definir como la habilidad de ser puro, intachable y perfecto.
¡Exprésate de un modo correcto!. Observa como tu comunicación verbal, está alineada con tu sentimiento, tu emoción y tu acción. Solo de esta forma, consigues aumentar la vibración energética emitida con la palabra en el principio, hasta la materialización final de lo expresado.
«Las palabras tienen poder y ese poder hay que saber usarlo de una forma correcta».
Haruki Murekami.
No dudes, puesto que la duda supone un cortocircuito en la corriente generada, interrumpiendo y desviando ese influjo en otra dirección, cambiando la potencia inicial de materialización. Lo que significa que se materializará algo distinto a lo expresado.
«Usa el poder de tu palabra en dirección a la verdad y el amor».
Don Miguel Ruiz.
Cuando tus palabras se enfocan en objetivos honestos de amor y verdad, el flujo energético es armonioso y se equilibra favoreciendo el curso de todo el proceso creativo, hasta la culminación material del mismo.
¡Sé impecable con tus palabras!
PRACTICA
En este apartado puedes utilizar afirmaciones, o frases creadas por ti para conseguir un objetivo. Siempre en presente, positivas y en armonía para ti y para todos.
Por ejemplo: «Me amo, me acepto y me respeto».
Decírtelo en voz alta delante de un espejo mirándote a los ojos, sintiendo la certeza y la verdad de que es así, durante 21 días.
Luego observa las expresiones que usas cuando hablas de ti con los demás. Sabrás si lo estás haciendo correctamente porque utilizarás palabras amables, amorosas y respetuosas hacia ti, en tus conversaciones con otras personas.
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