¿Qué te impide abrir la puerta? Si siempre está cerrada desconoces lo que hay detrás, además evitas que nada entre o salga.
Pierdes la oportunidad de sacar a la luz, lo que está oculto tras ella.
Algo muy valioso para ti… ¡Tú decides!
Vencer el miedo a abrir mi puerta, me dio una fuerza increíble que todavía conservo.
Cuando entré en ese espacio inmenso, y a la vez tan pequeño que es mi interior, aprendí a afrontar lo desconocido desde una perspectiva diferente.
La observación de mis pensamientos, mis sentimientos, mis emociones, mis molestias físicas, etc. Todo me daba información que utilizaba en mi propia sanación.
Tan simple como escucharme sin prestar atención al ruido de afuera. Confiar en mi.
Desde que la abrí, no he vuelto a cerrarla. Ni entra en mis planes hacerlo. Quiero disfrutar del horizonte toda mi vida.
Deja una respuesta